"Difícil tarea es la de etiquetar la pintura de Emilio Hurtado Nuño, sobre todo si tenemos en cuenta que definir supone delimitar y, más aún, si tengo presente que mi punto de vista al enjuiciar sus obras ha variado sustancialmente desde un tiempo acá. No sabría cómo definirla, pero si ha de hacerse, quizá el calificativo que mejor encuadre sea el de hiperrealista. Esto es, Emilio nos descubre la realidad primero y luego la traspasa a los lienzos y tablas a través del dibujo subyacente, de los modelos o de los maestros en los que se inspira, que también están latentes: reabsorbe o, mejor todavía, desborda  la dicotomía existente entre el sujeto y el objeto, oponiéndose tanto al realismo como al idealismo. Esta perspectiva hiperrealista hacen que todos nuestros sentidos actúen dialécticamente con los diferentes objetos que se plasman en las obras (aunque en apariencia no parezcan responder a una configuración lógica del mundo) ya que esos objetos reales son los mismos que nosotros conocemos."

Fragmento del texto "CÉNIT Y NADIR" de D. Javier Cano Ramos

"Emilio Hurtado invoca la acción del pasado trasvolándola al presente, creando juegos y efecto del espacio no visible como trazos imperceptibles de su obra, en un juego de espejos inexistente".

Dra. Rosa Perales Piqueres

Universidad de Extremadura

Si entendemos la pintura como un medio a través del cual se plasma diferentes ideas y conceptos, podríamos entender la obra de Hurtado Nuño como una disposición de elementos donde la realidad se mezcla sutilmente con la ficción del lienzo. Lo representado escapa a la rigidez del soporte y se traslada a un plano diferente, en el que las formas rompen la estructura, y la perspectiva evoca la figura del espectador. Hurtado Nuño nos plantea una yuxtaposición de elementos pictóricos que podrían emular a un expresionista Robert Rauschenberg en su afán por alcanzar esa estética tridimensionalen base a una imaginería que llegáramos a considerar como “popular”. “No quiero que una pintura parezca algo que no es. Quiero que parezca lo que es. Y creo que una pintua se asemeja más al mundo real cuando está hecha del mundo real.”

Pablo García